volvemos con los cuentos...!

Wednesday, July 26, 2006

Cambiar AHORA: ¿cómo y en qué medida?



Cuando estamos a 3 meses de las elecciones 2006 en mi querido Ecuador, recuerdo las de hace cuatro años, no se sintió llegar al “out sider”: casi nadie se percató, sino solo al final, del crecimiento silencioso de la figura presidencial de Lucio Gutiérrez,(ex-Presidente de la REPUBLICA) a partir del apoyo de un votante que vio en él la posibilidad de un cambio que no pasó de ser una promesa.

Después, la decepción, las protestas y la caída. Al contrario, ahora se puede decir que se juega con casi todas las cartas sobre la mesa: las sorpresas ya se integraron a la realidad política y solo está pendiente aterrizar las propuestas. En ese sentido, me parec muy bueno lo que estoy escuchando sobre el posible foro que estan organizado Ecuavisa y CNN con los cuatro presidenciables mejor ubicados en las encuestas fue una buena oportunidad para esclarecer posiciones ante el gran público. Si bien el formato y el tiempo no aportaran la profundidad suficiente, los temas escogidos pueden determinar una visión panorámica sobre la orientación de los candidatos.

Rafael Correa se esta confirmando ser el más radical: cambios profundos -y no solo políticos- a través de una constituyente con poderes omnímodos, economía con fuerte intervención estatal, no al TLC con Estados Unidos, relaciones internacionales con un gran sustento subregional, no intervención ecuatoriana en la frontera norte... León Roldós se ve más moderado y con énfasis en la necesidad de que las cosas sigan funcionando: reformas y firma del TLC vía consulta, reglas claras para la inversión, inversión social. Álvaro Noboa y Cynthia Viteri mas radicales en la defensa a la dolarización y a la firma del TLC; se muestran a favor de incentivos para el capital foráneo y opuestos a la reforma política y al ostracismo internacional.

¿Y cuál de todas las ofertas, aparte de convincente, es viable? Si bien la historia no tiene por qué copiarse trágicamente, cabe recordar que las sucesivas constituyentes y las constituciones que se derivaron de ellas no han asegurado el anhelado cambio. Seguimos sin rumbo sin una minima esperanza de cambio viable y creible..Hace cien años, el país hizo su intento número 12, en medio de las pugnas del liberalismo, que había instaurado profundas reformas constitucionales solo una década antes. Así como sobran razones para aspirar a que el sistema político funcione, también se justifican las prevenciones de que los cambios no pueden quedar librados al voluntarismo o a la imposición. Debe haber un margen de respeto a las garantías personales y sociales, que incluyen la libertad de prensa. Cambiar, sí, pero lo importante es que ese justo fin no se vuelva una frustración ni resulte peor que la enfermedad. De lo contrario, la historia puede repetirse.

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